Carta de agradecimiento de la familia de Juan Miguel Benedito

Gracias, Yecla

¡Qué triste y desagradable sorpresa nos hemos llevado todos!

La muerte de Juan Miguel nos ha sorprendido "como un ladrón en medio de la noche", pero la reacción de este pueblo, permitidnos decirlo, no ha sido una sorpresa porque un pueblo cuya patrona es la Virgen, es un pueblo excepcional, y nosotros, la familia de Juan Miguel, estamos orgullosísimos de pertenecer a esta fantástica Yecla que ha llorado y rezado con nosotros.

Los que hemos vivido junto a Juan Miguel lo conocíamos bien y sabemos que Dios tuvo a bien bendecirlo con las tres virtudes esenciales en la vida: Fe, Esperanza y Caridad. De las tres, nuestro hermano supo cultivar y aplicar la más importante, la Caridad, y lo ha hecho hasta el extremo, dando su vida por el bienestar de los demás, ha querido al máximo a su familia, a sus pacientes y a su pueblo, siempre buscando ayudar a todos y cada uno, con nombres y apellidos, aunque no pensaran como él.

Nuestro hermano desconocía el rencor, siempre perdonaba, sabía conciliar y era tremendamente sensible con el sufrimiento ajeno, creednos, lo sabemos porque cuando nuestro padre murió, él tuvo que asumir las responsabilidades del cabeza de familia con apenas 23 años. Mimaba a mi madre y estaba pendiente de nosotros, sus hermanos menores, sin "ostentación de poder", siempre sencillo, desde la humildad, por eso para nosotros, la muerte de Juanmi es revivir una segunda orfandad.

Juan Miguel siempre ha asumido las tareas con mucha responsabilidad. Como hermano mayor se encargaba de cuidarnos y protegernos; a veces, tenía que mediar y ser nuestro portavoz ante instancias superiores. Esta infancia, indudablemente forjó su gran generosidad, sensibilidad y tolerancia, lo que unido a sus fuertes principios hizo de él un hombre bondadoso como alcalde, médico, esposo y padre.

Hemos oído decir que nuestro hermano era "demasiado bueno" para ser político. Seguramente es cierto, pero después de ver como todos vosotros habéis llorado junto con nuestra familia, nos enorgullece más todavía haberle tenido como hermano mayor, y pensamos que las cualidades para ser un buen político tendrían que ser la bondad y la humildad. Sin el amor a los demás difícilmente se hacen "bien las cosas" pero si se hacen por amor, aunque no queden "tan perfectas" siempre será una obra sublime.

Después de la consternación sufrida por el fallecimiento de nuestro hermano, nos hemos despertado con la esperanza de que todo fuera una pesadilla, algo inconsecuente e ilógico, sobre todo para una madre que dice que los hijos no deberían marchar antes que sus mayores. Pero la realidad es trágica y, a veces, más sorprendente e incomprensible que los sueños.

Es difícil entender que en tu momento de mayor preparación para cualquier carrera de fondo y muy animado con nuevos proyectos para Yecla, muchos de tus sueños no se harán realidad; pero puedes estar satisfecho, Juan Miguel, ya que tu proyecto principal se ha cumplido: que todo el pueblo te haya reconocido como su alcalde.

Bendecimos al Señor y en nombre de toda la familia queremos agradecer las muestras de condolencias recibidas, tanto personales como a través de los medios de comunicación, pues sería imposible hacerlo individualmente.

Que Dios os pague el acompañarnos en estos duros momentos y gracias por habernos ayudado a llevar este dolor de la separación temporal de nuestro hermano mayor.

Los hermanos de Juan Miguel.

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